Historia

Otros factores coyunturales que contribuyeron a la derrota del partido reformista en Jarabacoa en 1990 y al triunfo del PLD

OTROS FACTORES COYUNTURALES QUE CONTRIBUYERON A LA DERROTA DEL PARTIDO REFORMISTA EN JARABACOA EN 1990 Y AL TRIUNFO DEL PLD
Además de algunos cambios en la cultura política en Jarabacoa, otros factores contribuyeron al cambio de mandos en el municipio en 1990, después de 24 años de triunfos consecutivos del Partido Reformista.
1. Ya el pueblo de Jarabacoa veía necesario un cambio. Agobiado por el peso de los problemas económicos y la indiferencia y apatía de las autoridades ante el sufrimiento de los más pobres, el pueblo votó por un partido diferente al que estaba en el poder. Aunque Balaguer ganó a nivel nacional, fueron bien cuestionados los resultados ofrecidos por la JCE, y como en todas las elecciones ganadas por él, se le acusó de que hizo fraude, pues las diferencias fueron mínimas.
2. Promesas no cumplidas. Balaguer volvió al poder en 1986 prometiendo realizar el gobierno que soñó cuando niño; sin embargo, en esos cuatro años (1986-1990), fue cuando los campesinos sintieron más la crisis económica; esto lo llevó a pensar que si no se hizo nada por ellos en ese tiempo, menos se haría en el futuro el mismo gobierno.
3. División de los reformistas en Jarabacoa. La situación interna del Partido Reformista en Jarabacoa se mantuvo crítica hasta muy tarde. La división entre Ramón Eloy Abreu y Rogelio Genao (Blanco), afectó mucho la estructura del partido y las simpatías del pueblo hacia ellos. Al final no hubo acuerdo entre los precandidatos a síndico del reformismo: Sergio Ortiz que era apoyado por Blanco, se retiró y formó tienda aparte en el PQD, que en Jarabacoa no apoyó al PRSC. Blanco no apoyó a Ramón Eloy sino a otro precandidato.
4. Desgastes de los líderes. Ramón Eloy, aunque ganó la batalla dentro del partido, quedó en una posición muy débil; se encuentra frente a un pueblo que no confía del todo en él, por su desgaste en algunas posiciones en las administraciones reformistas; algunos campesinos señalaban que no le mejoraron los caminos vecinales cuando estuvo al frente en Obras Publicas. Por otra parte, una gran masa del pueblo, acostumbrada a las prebendas y al clientelismo y a la creencia de que solo los ricos pueden mandar o ser jefes o autoridades, vieron poco poder económico en Ramón Eloy y no confiaron del todo en él, a sabiendas de que tampoco sus compañeros más ricos del partido lo apoyaban. Además, el candidato a diputado lo era el síndico (Blanco Genao), cuyo liderazgo se había ido extinguiendo en Jarabacoa. De todas maneras, Blanco sabía que no saldría como diputado, pues estaba en una cuarta posición en el orden de diputados por la provincia de La Vega, por lo que su motivación no fue muy buena en la campaña y más, al lado de su casi enemigo, Ramón Eloy.
5. Retiro de apoyo institucional. El apoyo que tradicionalmente ofrecían algunas instituciones, aunque de manera tácita, al partido Reformista en Jarabacoa, esta vez fue retirado. Quizás el caso más elocuente es el de la iglesia, que con su mensaje o intención de “evangelizar la política” propugnó por un cambio. Antes, las predicas del Padre Vargas era que “cada quien se esfuerce trabajando sin esperar que las autoridades les dieran nada”. Sin embargo en esos últimos años el padre Vargas y el padre Fajardo hicieron fuertes críticas a las autoridades de Jarabacoa, acusándolas de ser indiferentes ante los problemas del pueblo.
6. Solidez de los candidatos opositores. A diferencia del Partido Reformista, los demás partidos en Jarabacoa llevaron candidatos nuevos, que además de ser algunos empresarios, inspiraban confianza. El candidato del PQD, Sergio Ortiz, tenía buen prestigio en algunos sectores de la iglesia y el pueblo. El candidato del PRD fue considerado como otra opción; Paco, un joven muy querido en el pueblo, conquistó la simpatía de muchos. Desgraciadamente las luchas intestinas en el PRD abrieron profundas grietas en la estructura de ese partido en el pasado, imposible de recomponer en el 1990. El candidato del PRI, el señor Hernández, también era un candidato muy serio, aunque sin ninguna posibilidad de triunfo. Pedro Ureña, del PLD se presentó con todas las condiciones de líder con un partido hasta ese momento considerado muy serio, emergente y trabajador que lo llevó al poder. El mismo candidato presidencial del PLD, profesor Juan Bosch presentaba mejores condiciones que Balaguer.
7. Buen trabajo del partido ganador. El PLD realizó un buen trabajo, no solo en la fase final de la campaña en 1990 sino de manera permanente en los años anteriores. El partido morado verdaderamente creció en Jarabacoa en 1990 por todas partes, principalmente en los campos.
8. Apoyo de distintos sectores. El PLD en Jarabacoa recibió en 1990 el apoyo de muchos sectores de la población: recibió el respaldo de muchos comerciantes, profesores y profesionales del pueblo así como de un nutrido grupo de Jarabacoenses residentes en Santo Domingo.

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